El centrodelantero de 32 años vuelve a la actividad futbolística después de más de medio año fuera de las canchas y es para, nada más y nada menos, vestir la camiseta con los colores que lo vieron nacer, el blanco con la panza negra.
El “Chivo” lleva algunos meses entrenando desde que en el mes de julio dejó de pertenecer a Toro, ahora lo hace por duplicado, con el plantel de Vladimir Vera y a parte con el profesor Pablo Fiochi. Es una especie de “pretemporada” que le llevará alrededor de 4 semanas para ponerse a tono.