A pesar de la difícil coyuntura que atraviesa la industria frigorífica hay empresas que están haciendo inversiones porque tienen la mira puesta en el mediano y largo plazo. Es el caso del frigorífico Coronel Moldes, que tiene dos plantas, una en la localidad homónima y otra en Río Cuarto (Córdoba).
A pesar de la caída que hubo en el consumo de carnes en el país, la empresa mantuvo sus niveles de faena, según contó Luis María Medina, su gerente general. En diálogo con Bichos de Campo enumeró las inversiones están haciendo para agregarle valor a lo que producen.
En las dos plantas de la empresa armaron los ciclo II (desposte), que ya comenzaron a producir. Además de la faena y producción de medias reses ya se cuartea, trocea y sale carne envasada al vacío.
«La planta de Río Cuarto que está preparada para exportar a terceros países, tuvo habilitación para ingresar a la comunidad europea, pero está caída porque cuando vos no exportás durante dos años a un destino, se te cae (la dan de baja). Pero estamos en tren de levantarlo. Tenemos todo presentado para China, así que estamos esperando su habilitación y una vez que tengamos eso, la idea es desarmar la operatoria de cerdos aquí en Río Cuarto y pasar lo que podamos a Coronel Moldes y hacer solamente vacunos».
La planta de Río Cuarto puede faenar hasta 600 vacunos por día, vender carne a la exportación y también al consumo interno y de hecho están «armando un local de venta al público en la planta y hace poco ya comenzamos a trabajar en el ciclo II y estamos haciendo el envasado al vacío para el consumo local en cajas y con marca propia», dijo el directivo de la empresa.
En Coronel Moldes tienen un volumen de faena que les permite obtener «1000 a 1500 cuartos por día. Allí se instalaron cámaras, túneles, depósito de frío, bocas de carga para exportación. Hay mucha expectativa de sumar plantas al circuito exportador en Córdoba porque hay pocas», comentó Medina.
Estas inversiones se hicieron porque «si uno no apuesta a poner valor agregado, realmente el negocio se complica porque los costos están muy altos, tanto de energía como sueldos como el resto de los costos de la empresa. Así que hay que apostar a meter valor agregado».
«Quedarse solo con el servicio de faena es complejo porque cada día el número se va acotando más. Nosotros apuntamos a tener un negocio de calidad, un servicio de calidad y un objetivo claro: exportar. Creemos que más allá de la coyuntura, el negocio de la carne fundamentalmente en la exportación tiene mucho futuro», añadió.
Medina contó que la exportación a China tiene varios inconvenientes, entre ellos los bajos precios. Por eso también «hay que apuntar a otros mercados como Estados Unidos, como algunos de Medio Oriente, como Vietnam o Corea del Sur y algunos que puedan llegar a empezar, también de la parte de los estados árabes, a demandar cortes de calidad y pagarlos».
Además de los precios otro problema de la exportación es el valor del dólar. «Sin duda, hoy nuestros costos operativos en Argentina están altos, en dólares. Creo que hay que acomodar algunas variables macro que nos ponen, sin dudas, en una situación de desventaja competitiva con respecto a nuestros vecinos y por eso creo que la mejora de la situación hay que buscarla dentro del negocio y no afuera».
¿Y qué significa buscar esa competitividad dentro del negocio? «Que tengas tu planta habilitada, que puedas producir bien, que tengas volumen de producción, escala, para poder bajar los costos fijos y estar preparados para exportar y hacer buenos negocios cuando las cosas mejoren».